La improvisación es toda expresión musical espontánea. Puede ser libre o estar sujeta a reglas en mayor o menor medida.
Se dice que puede ser desencadenada por estímulos musicales o extramusicales. Los primeros irían relacionados con elementos musicales pero los segundos, mucho más ambiguos, dependerían de ideas, sentimientos, formas, dibujos, colores, expresiones...
Aunque la música sea un arte, puede ser considerada una ciencia en el sentido de que está sujeta a unas reglas matemáticas exactas, que se innovan y evolucionan continuamente, donde tu puedes formular una hipótesis y comprobar si es matemáticamente posible según el sistema musical, aun que claro, el propio sistema es fruto de romper las reglas, por eso no deja de ser un arte.
La improvisación, como decíamos, siempre sigue unas pautas marcadas, todos los músicos de una jam de blues siguen el mismo compás, el mismo tempo, y el mismo tono, y si desean sacar algo realmente coherente el mismo cifrado armónico, dejando a la interpretación las melodías instrumentales de guitarra, voz, armónica, trompeta... Sin embargo estos instrumentos se ciñen a unas escalas y parten de ideas predefinidas, modelos, licks, clichés y demás ideas que son fruto de la extrapolación de su cultura musical en el estilo. Está todo pensado, señores, la magia reside en que el público no se da cuenta.
Improvisación y educación pueden ir de la mano. El lenguaje de la música desarrolla capacidades e interioriza destrezas importantes. La libre expresión que da la improvisación es un objeto lúdico de proporciones hercúleas para un niño de 6 o 7 años. Es en la adolescencia cuando se intentan repetir patrones ya creados, especializados, para después necesitar mayor independencia.
En el aula la improvisación puede ser un juego, guiada o no por el maestro. Puede trabajar objetos musicales o extramusicales, ser en grupos grandes o pequeños, y buscar un objetivo concreto como una exploración de un instrumento o del sonido del propio cuerpo o no tener objetivo fijo. Improvisar es sinónimo de juego, aunque debe ir adaptado al nivel, edad y formación del grupo o alumnos.
La permisividad de la libre expresión para el desarrollo cognitivo y de personalidad de los niños es primordial. Hay que incentivarlos para que exploren su realidad a través de la música, con naturalidad.
Puede resultar una herramienta muy poderosa ante niños con problemas de comunicación, tímidos o que les cueste expresarse, ya que la improvisación da rienda suelta al lenguaje de la música, que no difiere tanto del hablado y social.
En la pedagogía clásica la música se centraba demasiado en la interpretación y en la técnica, lo cual acaba por matar al músico. Hoy en día se aboga por una pedagogía donde el papel creador es prioritario, una responsabilidad colectiva del músico. Numerosos autores han contribuido a la pedagogía musical, podemos destacar a Carl Orff, Emile Jaques-Dalcroze o Maurice Maretnot.
Todas las conclusiones que saquemos en la música pueden extrapolarse a la danza, la expresión corporal y las técnicas de movimiento, la creatividad se desarrolla siempre.
La improvisación siempre ha estado presente en la música. Hasta el romanticismo era práctica habitual, después ganó complejidad técnica, haciendo demasiado difícil la improvisación con aquellas pautas musicales tan técnicas.
A partir de los años 50 hay un hundimiento a nivel técnico tremendo. La música se populariza, ya no está al alcance de unos pocos privilegiados, compositores, si no que se mezcla con la música popular o étnica, englobando a una gran comunidad de músicos con mayor o menor nivel, con la correspondiente simplificación de las estructuras y técnicas musicales. Es donde surge el Blues, y con él, el Rockabilly para dar fruto al Rock'n'Roll clásico, musicalmente incorrecto desde el punto de vista clásico pero generador de una cultura increíble.
Con el paso del tiempo y el asentamiento de las carreras musicales como estudios respetados y reconocidos en todo el mundo, en especial en el norte de Europa, la música ha evolucionado en dos vertientes, una sin improvisación, comercial, en la que hay un intérprete que no tiene por que tener formación musical que interpreta las composiciones que han creado para él, poniendo sólo la imagen, puede ser un ejemplo del Pop o el R&B . Y la otra vertiente, innovando en la música, siguiendo patrones más clasicistas, creando estilos cada vez más técnicos y depurados como ocurría antaño, quedando en segundo plano del mercado capitalista actual. Es el ejemplo del Power y Death metal cultivado en los países nórdicos, donde ser músico o ser maestro está tan reconocido como ser médico o ingeniero. A años luz queda España...